Supermercado
en Avda Fuerza aérea. Córdoba, Argentina (2016).
Fotografía de la autora.
Casi a modo de collage, dos realidades diferentes
coexisten extrañamente en un
supermercado.
¿La imagen o la palabra?
Me invade la ideología…
Supermercado
en Avda Fuerza aérea. Córdoba, Argentina (2016).
Fotografía de la autora.
Casi a modo de collage, dos realidades diferentes
coexisten extrañamente en un
supermercado.
¿La imagen o la palabra?
Me invade la ideología…
Nos referimos a la singular obra del
arquitecto Jaime Roca (1899-1970), originalmente proyectada y construida como Caja
de Ahorro Provincial (1928) en el marco del movimiento de la “restauración
nacionalista”. Hoy forma parte del catálogo de obras de valor patrimonial arquitectónico[1] de
Córdoba y el país (Argentina).
Ubicado entre las calles 27 de abril
y Vélez Sarsfield en la ciudad de Córdoba-Capital, la obra se impone en una esquina
céntrica formando parte de un sistema de recorrido en la que se vincula a otras
obras arquitectónicas de gran valor, incluso del mismo autor[2].Posee
una planta baja sobria y un incipiente racionalismo. La obra se erige en una
clara matriz académica complejizada con recursos propios del barroco, los que dan
cuenta de un lenguaje ecléctico local. La
obra de Roca se caracteriza por su imponente adaptación de los estilos académicos consagrados: de gran
riqueza en el ornamento, el coronamiento y los portales. La torre circular que da
el remate a la esquina otorga gran presencia al edificio. Legible a varias
cuadras de distancia, la imponente elevación de doble tambor le imprime escala a
nivel urbano.
La intervención
contemporánea debe rescatar el carácter del edificio o del conjunto rubricando
de este modo su autenticidad, sin transformar su esencia y equilibrio, sin caer
en arbitrariedades sino exaltando sus valores.
Carta de Brasilia, 1995
En relación a la
obra en cuestión, nos detenemos en la incorporación de un sistema de iluminación
Leds que cubre la fachada del edificio. En horas vespertinas un manto lumínico
lo transfigura. La obra muta cada noche y disgrega ese halo que la mantiene al filo de lo cultual. ¿Se transforma entonces en objeto de consumo? ¿Asistimos a la contradictoria convivencia entre patrimonio arquitectónico y objeto signo? Al decir de Baudrillard “el objeto signo, ni es dado ni se intercambia: es apropiado,
detentado y manipulado por los sujetos individuales como un signo, es decir
como diferencia codificada” (1972:55). De modo que podríamos observar, que la obra
arquitectónica de valor patrimonial- Caja Provincial de Ahorro- tras su
intervención lumínica se convierte en mero soporte- objeto signo-, con tal liviandad que casi borra la pesada carga
histórica de sus muros. Sus rasgos y reminiscencias clásicas características:
recortes, entrantes, salientes y bajorrelieves disgregan su armonía consagratoria dando paso a una
estética fragmentaria tan espectacular
como banal.
Al atardecer las
luces se encienden y en el mismo acto opacan la materialidad –por lo menos la
originaria – generando una veladura. A esto agregamos que la obra trasmuta a un
objeto funcional que dan cuenta de distintos intereses – socioeconómico y
culturales - solapados.
Tal convivencia entre autenticidad y banalidad, discurre en contradicción. La tensión entre objeto singular y objeto de consumo pervive. En esto advertimos que una falsa exaltación de la arquitectura como patrimonio no hace más que neutralizarla. De esta manera tras la cascara lumínica espectacular se asume un programa instrumental, cuyo texto banaliza(ría) la arquitectura de valor patrimonial y las posibilidades -podríamos nombrar como ejemplo las educativas- que ésta provee: la de mantener vigente alguna memoria del pasado.
Fotografía de la autora (2015)
Entre la autenticidad y la serie
En la década del
sesenta los movimientos de neovanguardia como el minimalismo y el pop
incorporan fuertemente a la producción artística, algunos procedimientos de la
técnica y la reproducción industrial. La “serie” afirma Foster (1991)
contribuye al acercamiento del arte a la cultura de masas. El pop art[3] explota sus atributos adhiriendo a la
accesibilidad de las clases populares -léase público común-, su estética y sus
modos de producción. El minimalismo por
otro lado recorre con la serie un largo camino ensayístico que culminaría en una
crítica auto reflexiva y revisionista del arte mismo.
La secuencia, la
repetición acompasada y el gradiente de colores a la que se ve sometida la
obra de arquitectura, sede de la lotería de Córdoba, da cuenta cada noche -como
en las experiencias seriales más resonantes del pop art- del fenómeno de
inclusión del público inexperto, cual accidentales espectadores de la mise
en scene a que es sometida la obra patrimonial. Puesta en escena que
comparte con otras obras de similar calidad en su género y que además forman
parte de un sistema urbano[4]
en la ciudad de Córdoba.
Elaboración de la autora.
En este punto
podemos hacer lectura de un doble discurso: por un lado, asumimos que la
envoltura translúcida y temporaria en su espectacularidad provoca(ría) el
acceso a determinado bien patrimonial al transeúnte o digamos también a ese público
no especializado que vemos representado en las clases populares. Inclusión que al
parecer ¿solo podría concretarse hoy mediada por el consumo de este tipo de
espectáculo lumínico? Por lo pronto, a través
de la concreción de estos atributos del color y de la luz legitimamos la
transfiguración de “la materialidad original” del bien. Vemos entonces que, en el
marco de la esteticidad arquitectónica y/o patrimonial, queda(ría) velada una
de las pocas muestras de la arquitectura del pasado que hoy perdura. Lo que en definitiva
entendemos asiste, en ese mismo acto, a sumar “velos” a nuestra propia
historia. -
Bibliografía:
BAUDRILLARD,
Jean (2009) Critica a la economía
política del signo. Buenos Aires: Siglo XXI
FOSTER, Hall(2001)
El retorno de lo real. La vanguardia a finales
de siglo. Madrid: Akal
MUXI, Zaida
(2009) La arquitectura de la ciudad global. Buenos Aires: Nobuko.
http://www.icomoscr.org/doc/teoria/VARIOS.1995.carta.brasilia.sobre.autenticidad.pdf
[2] La reproducción de similar, sino igual modo de iluminar otras obras patrimoniales de la ciudad (Palacio Ferreyra hoy Mueso Eva Perón, Teatro San Martin, Museo Carrafa, Paseo del Buen Pastor) es un claro signo de la penetración de modos aceptados a nivel global. Como observa Muxi, sobre la contaminación de lo local en la incorporación de modelos provenientes del exterior (…) en las ciudades del Tercer Mundo predominan cada vez más los proyectos que se “fabrican” en estudios de arquitectura estadounidenses y que al llegar al país de implantación sufren una suerte de traducción (Muxi, 2009, pag. 22).
[3] Al decir del patrimonio arquitectónico, nos referimos a aquellos bienes tangibles, obras construidas que
hoy revelan parte de nuestra identidad, y cuya presencia aporta a la
conservación de los valores y la memoria propios de nuestra cultura.
[4] Podemos señalar
la ubicación a unas pocas cuadras el Jockey Club, sobre calle General Paz,
también diseñada por el arquitecto Jaime Roca.
Cuando la imagen se convierte en un problema la lente propicia un delicado instrumento que magnifica la mirada. Disparar el dispositivo es...